De los Pecos a Rosalía

¿Qué tiene en común la sociedad actual y la de hace 40 años? Mucho de igual y mucho de diferente. Vivimos mejor pero hay grandes desigualdades sociales. Las ciudades tienen una distribución urbanística razonable pero cada vez es más difícil la convivencia entre peatones y todos los vehículos: coches, bicicletas, motos… y patinetes.

La gran transformación se ha dado en la forma de comunicarnos entre nosotros. Vamos perdiendo el contacto persona a persona. Nos da pereza llamar por teléfono, preferimos enviar un mensaje.

Uno de los grandes cambios de estos años es la mayor presencia de las mujeres en todos los ámbitos de la vida. El empoderamiento de la mujer es uno de los motores del cambio que esta sociedad necesita.

Los medios de comunicación han cambiado de forma radical. Conocemos lo que pasa al momento, aunque en ocasiones lo que nos cuentan no se ajuste a la realidad. Vivimos envueltos entre mentiras y medias verdades. Por fortuna tenemos medios de comunicación y periodistas que nos cuentan la realidad real.

La oferta televisiva es inmensa. Los diarios en papel luchan por seguir formando parte de nuestra vida cotidiana apostando por la calidad, el rigor, la cercanía… Es el caso de El Llobregat con esta apuesta por la comunicación de proximidad con el soporte de distribución de La Vanguardia, uno de los diarios de referencia de Catalunya.

¿Y la radio qué? pues a mi juicio mejor que nunca. Es el medio de comunicación más pegado a la vida. La que te lleva el sonido de lo que acontece al momento. La que puedes escuchar cuando quieras y dónde quieras. Con propuestas de contenidos generalistas y una amplia oferta radiofónica de proximidad como la que tenemos en el Baix Llobregat y l’Hospitalet.

Uno de los nuevos medios de transporte más destacados de la comarca es el tranvía. Recuerdo cuando a principios de los 80 en el programa que hacía en Radio Metropol, que se emitía desde Cornellà, algunos alcaldes en especial el de Esplugues, reivindicaban la puesta en marcha de un tranvía que uniese la comarca entre sí y Barcelona.

Cuarenta años después aquí estoy, en el TRAMbaix, camino de la parada de Ernest Lluch y tarareando dos canciones de dos momentos diferentes. La que cantaban Los Pecos en 1978 “En mi vida sólo quedan esperanzas…” y oyendo a Rosalía que canta “Ese cristalito roto, Yo sentí cómo crujía, Antes de caerse al suelo, Ya sabía que se rompía, Malamente…»

Publicado en El Llobregat.  Fotos de Juanma Peláez

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